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Confesión Bautista de Londres de 1689

Confesión bautista que expresa la fe reformada

Confesión Bautista de Londres de 1689

Historia

La Confesión Bautista de Londres de 1689 fue adoptada por las iglesias bautistas particulares (reformadas) en Inglaterra. Es una adaptación de la Confesión de Fe de Westminster, modificada para reflejar las convicciones bautistas sobre el bautismo de creyentes y la forma de gobierno de la iglesia.

Capítulo I: De las Santas Escrituras

Las Santas Escrituras son la única regla suficiente, segura e infalible de todo conocimiento, fe y obediencia salvadores. Aunque la luz de la naturaleza y las obras de la creación y de la providencia manifiestan la bondad, sabiduría y poder de Dios de tal manera que los hombres quedan sin excusa, sin embargo, no son suficientes para dar aquel conocimiento de Dios y de su voluntad que es necesario para la salvación. Por lo cual le agradó al Señor, en diferentes épocas y de diversas maneras, revelarse a sí mismo y declarar su voluntad a su Iglesia; y después, para preservar y propagar mejor la verdad y para establecer y consolar a la Iglesia contra la corrupción de la carne y la malicia de Satanás y del mundo, le agradó también poner por escrito toda esa revelación. Esto hace que las Santas Escrituras sean muy necesarias, habiendo cesado ya las maneras anteriores por las cuales Dios revelaba su voluntad a su pueblo.

Características Distintivas

La Confesión Bautista de 1689 se distingue por:

  • Bautismo de creyentes: Solo los que profesan fe en Cristo deben ser bautizados
  • Gobierno congregacional: Cada iglesia local es autónoma
  • Teología reformada: Mantiene las doctrinas de la gracia
  • Separación de iglesia y estado: La iglesia no debe ser controlada por el gobierno civil

Influencia Contemporánea

Esta confesión ha sido adoptada por muchas iglesias bautistas reformadas en todo el mundo y sigue siendo un estándar doctrinal importante para las iglesias que buscan mantener tanto la teología reformada como las convicciones bautistas.

"Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia" (2 Timoteo 3:16).