La Santidad de Dios
Meditación sobre la santidad divina y su impacto en nuestra vida
"Como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo."
1 Pedro 1:15-16
"Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo."
Levítico 11:44
"Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria."
Isaías 6:3
La santidad de Dios es uno de sus atributos más fundamentales y distintivos. No es simplemente que Dios haga cosas santas, sino que Él ES santo. Su santidad es la perfección de su naturaleza moral, la pureza absoluta de su carácter.
Cuando Isaías vio al Señor en el templo, los serafines clamaban: "Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria". La repetición triple enfatiza la supremacía y perfección de la santidad divina.
Esta santidad de Dios tiene implicaciones profundas para nuestras vidas. Como dice Pedro: "Como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir". No podemos ser santos por nuestros propios esfuerzos, pero por la gracia de Dios y el poder del Espíritu Santo, podemos reflejar su santidad en nuestra vida diaria.
Hoy, reflexiona sobre la santidad de Dios y cómo esto debe impactar tus pensamientos, palabras y acciones. Busca la santidad no por legalismo, sino por amor a Aquel que es santo.
Pregunta para Reflexionar:
¿Cómo puedes reflejar la santidad de Dios en tu vida diaria? ¿Qué áreas de tu vida necesitan ser santificadas?
Oración:
Santo Padre, tu santidad es perfecta y pura. Ayúdame a comprender tu santidad y a reflejarla en mi vida. Santifícame por tu Espíritu y ayúdame a vivir de manera que te honre. En el nombre de Jesús, amén.